Opinió
Tribuna

«Jo ta ke»

«Los incondicionales aclaman al presidente, ni un paso atrás, hasta la victoria siempre. Lo que viene a ser 'jo ta ke', vamos»

Jonathan Martinez
25 d'abril del 2024

Hace apenas unas semanas, la Conselleria de Educación valenciana remitió una carta a las escuelas de idiomas del territorio para comunicarles los recortes, dieciséis lenguas que se irán al carajo, good bye, au revoir, adiós muy buenas. No es que se supriman las clases, válgame Dios, sino que las aulas se quedan en los huesos. El euskera, por ejemplo, pierde diez de los catorce grupos y su enseñanza queda restringida a la modalidad virtual. El pretexto perfecto para que el alumnado se resigne a no entablar amistades y termine arrojando la toalla.

[Llegeix aquí l'article en català de Jonathan Martínez]

Las personas afectadas han tenido que justificar sus razones, por qué aprender euskera, ese idioma del demonio, ese trabalenguas con patas, esa musiquilla de aldeanía y aquelarre. Hay quien se matricula por curiosidad y sed de conocimiento. Otros lo estudian por simpatía o por aburrimiento, al fin y al cabo la jubilación abre las puertas a aficiones inesperadas. Todo el mundo se cuida de no mezclar la sapiencia con el politiqueo pero a día de hoy, en este siglo y en estas circunstancias, estudiar euskera es en esencia un acto político.

En estas, un digital de la bulosfera difunde un vídeo didáctico en el que explica por qué los simpatizantes de EH Bildu festejan sus alegrías al grito de jo ta ke. Como todo el mundo sabe, se trata de una expresión euskérica de exaltación terrorista, una celebración de la criminalidad y la sangre. Así nos lo asegura la pava que aparece en pantalla, tal vez una académica numeraria de Euskaltzaindia. Hasta entonces, todos creíamos que se trataba de una mera expresión de ánimo. “Sin descanso”, traduce el diccionario de Labayru. Pero qué sabrán los diccionarios.

Leo por ahí que el digital en cuestión se lo lleva crudo en publicidad institucional y otros apaños gracias a los caritativos gobiernos autonómicos del PP. Pedagogía circular: dejamos de enseñar euskera y empezamos a desenseñarlo. La operación tendría algo de cómico si la Policía española o la Comisión Estatal contra la Violencia no hubieran referido nunca la expresión jo ta ke como un indicio delictivo. De aquí se desprende que estudiar la lengua vasca sea no solo un acto político sino además un ejercicio de autodefensa. Dicen que no hay que politizar el euskera aquellos que han politizado hasta la náusea el monolingüismo castellano.

Ahora Pedro Sánchez retrocede tras un ataque combinado de un digital de la bulosfera, una asociación extremoderechista y una judicatura desmelenada que admite a trámite cualquier bobada sin fundamento. Hay hipótesis para todo los gustos: que si estrategia política, que si Pegasus, que si hartazgo personal. Otros recuerdan el lawfare contra los independentistas, los seis de Zaragoza, la jugarreta contra Mónica Oltra o la revuelta de las togas fachunas frente a Podemos. Los incondicionales aclaman al Presidente, ni un paso atrás, hasta la victoria siempre. Lo que viene a ser jo ta ke, vamos. Pero nadie lo dice en euskera. Por si las moscas.

Nascut a Bilbao (1982), soc investigador en Comunicació Audiovisual. Col·laboro en diversos mitjans com Naiz, Ctxt, Kamchatka, Catalunya Ràdio, ETB i TV3.

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